
Los elefantes africanos de sabana son animales herbívoros. Según habiten en el bosque, en las praderas o los semidesiertos, el porcentaje de hierbas y hojas de árboles o arbustos de su dieta varía notablemente. Para triturarlos se valen solamente de 4 molares de gran tamaño de 1 dm de ancho y 3 de largo. Debido al constante uso, estos molares se desgastan con el paso de los años y son sustituidos varias veces a lo largo de la vida del animal. Hacia los 15, los dientes de leche son reemplazados por otros nuevos que duran hasta los 30 y luego por otros que se desgastan pasados los cuarenta, siendo sustituidos por unos últimos dientes que duran hasta aproximadamente los 65 años, 70 como mucho. Poco después el animal muere de inanición al no poder alimentarse correctamente. En cautividad, se han dado casos que han superado los 80 años.
Estos animales son considerados bastante "derrochadores", es normal que ingieran un promedio de 225 kg de materia vegetal que en su mayor parte no es digerido del todo cuando defecan. Esto, unido a las enormes distancias que pueden recorrer diariamente en busca de más comida, contribuye notablemente a la dispersión de muchas semillas de plantas que germinan en medio de una montaña de excrementos llenas de nutrientes. En sus periplos con fines alimenticios, los elefantes arrancan todo tipo de plantas del suelo y derriban árboles con los colmillos, en caso de no poder llegar a la copa ni irguiéndose sobre las patas traseras. Se puede decir que llevan la devastación con ellos. Esto ocasiona graves problemas para los otros animales y los propios elefantes en los parques nacionales donde hay exceso de ejemplares, por lo que los responsables de los parques con exceso de ejemplares suelen contactar con otros donde los elefantes son menos numerosos y trasladar los individuos de más allí.
En cuanto al agua, los elefantes la ingieren en grandes cantidades, unos 190 L al día.
Estos animales son considerados bastante "derrochadores", es normal que ingieran un promedio de 225 kg de materia vegetal que en su mayor parte no es digerido del todo cuando defecan. Esto, unido a las enormes distancias que pueden recorrer diariamente en busca de más comida, contribuye notablemente a la dispersión de muchas semillas de plantas que germinan en medio de una montaña de excrementos llenas de nutrientes. En sus periplos con fines alimenticios, los elefantes arrancan todo tipo de plantas del suelo y derriban árboles con los colmillos, en caso de no poder llegar a la copa ni irguiéndose sobre las patas traseras. Se puede decir que llevan la devastación con ellos. Esto ocasiona graves problemas para los otros animales y los propios elefantes en los parques nacionales donde hay exceso de ejemplares, por lo que los responsables de los parques con exceso de ejemplares suelen contactar con otros donde los elefantes son menos numerosos y trasladar los individuos de más allí.
En cuanto al agua, los elefantes la ingieren en grandes cantidades, unos 190 L al día.
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